CMS significa en inglés «Sistema Gestor de Contenidos». Originalmente, los primeros sistemas de construcción de sitios web no distinguían entre el código de formato de página del contenido narrativo de la misma, todo estaba mezclado, de tal manera que para publicar había que editar código y conocer la sintaxis. Esto suponía una barrera para los usuarios y la renovación de contenidos era muy lenta y cara.
Esto ha ido cambiando con el paso del tiempo y han ido apareciendo distintas herramientas que han disociado esos dos tipos de código, aún así las interfaces de manejo no eran muy amigables.
WordPress es un ejemplo de CMS que ha evolucionado desde una simple plataforma de blogging a un completo sistema apto para propósitos muy diversos y sobre todo manejable para usuarios no expertos, sin renunciar en absoluto a la posibilidad de que los técnicos puedan acceder al código y personalizarlo tanto como necesiten.
Las ventajas de este nuevo escenario son enormes, por un lado los técnicos pueden programar y customizar al milímetro, pero sobre una base ya existente y que ya viene con una arquitectura de gestión de usuarios, funciones y esquema listos para usar, existiendo además una comunidad de desarrolladores amplísima que sacan al mercado nuevos pluggins (mini-aplicaciones) que resuelven muchas necesidades. El resultado es un crecimiento explosivo de instalaciones.
Es apto para los técnicos más exigentes, pero al tiempo permite que el usuario o cliente que contrata la web se enfoque en crear contenido de calidad y no en las cuestiones técnicas, esto permite publicar contenidos con frecuencia, facilidad y bajo coste, sin dependencias de técnicos, sin cuellos de botella.
Los buscadores como Google, valoran y posicionan mejor, aquellos sitios web que renuevan contenidos con frecuencia y que se muestran relevantes para los usuarios, por tanto, contar con un CMS que nos permita publicar con facilidad ayudará a posicionar nuestra web mucho mejor y a ser más útiles a nuestros visitantes/usuarios.